Por: Camilo Reyes.
Han sido más de
tres años de conversaciones y negociaciones en los cuales el gobierno Colombia
y la guerrilla de las FARC han tratado
de llegar a una serie de acuerdos cuyo fin sea la desmovilización y reinserción
de esta guerrilla y por ende el posterior fin del conflicto armado del país, el
cual desde hace 51 años ha tenido que escribir la historia de nuestra nación. Son
varios factores que hay que tener en cuenta en el contexto desde el cual se han
estado dando esta serie de acuerdos y de voluntades políticas y sociales por
parte de quienes están negociando en La Habana para lograr una solución
pacifica frente a la violencia nacional.
Ahora bien, todo
este proceso ha tenido una serie de aspectos que han permitido identificar de
cierta forma algunos elementos con los que las partes buscan tener un mayor
beneficio ante la ciudadanía y que se pueden analizar desde dos perspectivas:
Negativas y Positivas tanto de la guerrilla como las del gobierno y que van a
generar un contexto más completo y general sobre los avances que las partes han
tenido a lo largo de las negociaciones.
Se han planteado
muchas perspectivas sobre los aspectos positivos y negativos que ha tenido el
proceso de paz en La Habana, y pese a la oposición radical que desde algunos
sectores políticos y sociales han manifestado entorno a las negociaciones con
las FARC, desde el gobierno y las victimas se ha visto un optimismo para
concretar un acuerdo definitivo que pueda de cierta forma poner fin o disminuir
la violencia armada, el desplazamiento forzado y la destrucción ambiental en el
país a causa de los enfrentamientos entre la insurgencia y las fuerzas
militares.
Aquí se puede dar
un concepto desde el punto de vista sobre si en Colombia se ha estado
construyendo una Paz Negativa o una Paz Positiva tomando en cuenta lo que cada
característica en términos de paz manejan estas dos definiciones en un panorama
en el que el interés general y particular de los negociantes, están en la misma
balanza para constituir no solo un poder, sino también un dominio de las
negociaciones que se están llevando hasta ahora.
Por tanto, se
puede decir que bajo la paz positiva vista
desde el gobierno colombiano, se ha mantenido un ideal de igualdad, de alto al
conflicto y del cual elementos como la educación, la equidad, el trabajo y la
libertad se podrán desarrollar con mayor transparencia y seguridad en el país
teniendo en cuenta que con la reducción del conflicto armado, los aspectos ya
mencionados se pueden generar con mayor facilidad y tranquilidad en la sociedad
colombiana.
Así mismo, desde
las posiciones que ha tomado la guerrilla frente al transcurso que han tenido
las negociaciones, el ideal de paz positiva que se refleja en su interés por
avanzar en el proceso, se evidencia un interés de desarrollar un nuevo orden
social en el que se pueda construir una serie de relaciones de apoyo y
cooperación con el gobierno para su reinserción y desmovilización siempre y
cuando sus posturas sean respetadas y garantizadas en el Estado Social de
Derecho que rige la constitución y las leyes colombianas.
Adicionalmente a
lo ya mencionado, se ha evidenciado a lo largo del proceso la influencia de un
interés de paz negativa en la medida
de que están negociando varios elementos cuyo interés está enfocado hacia el
grupo guerrillero y no en el bienestar de aquellas victimas que han dejado
durante los 51 años de conflicto armado en Colombia como por ejemplo en el tema
de justicia y juzgamiento de delitos ante las instancias penales. Ante este
aspecto, está la discusión en el sentido de que ellos (La guerrilla) no quieren
pagar condenas de distintas índoles (delitos) en cárceles ya sean nacionales o
extranjeras.
Ya para concluir,
ante estas perspectivas de lo que puede llegar a ser una paz negativa o positiva
para Colombia, lo importante es que estamos ante un escenario de reconciliación
y fin de un proceso de violencia armada y política que la historia ha tenido
que escribir en el legado colombiano. Es el momento de verificar y ser
partícipes de esta nueva generación que por medio del dialogo, la negociación y
la justicia busca ponerle un punto final a esa serie de relatos en los que el
narcotráfico, la guerra y el desplazamiento no se sigan mencionando más, ¡El
momento de buscar la paz es ahora! Y seremos nosotros, la ciudadanía, quienes
daremos la última palabra sobre el nuevo futuro que le queremos dar a esta
Colombia libre, democrática y que ahora más que nunca llama a gritos a la paz
entre el Estado y la insurgencia.
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